Los 75 años más rockeros de Rod Stewart

Foto: Rod Stewart en el cumpleaños de su hija Kimberly, en agosto. INSTAGRAM

El cantante se reconcilia con sus exesposas y mantiene el ritmo de su carrera

Por: María Contreras – Londres

Gente / EL PAÍS (ES)

Para hacer sitio a lo nuevo hay que deshacerse de lo viejo. El cantante Rod Stewart se ha aplicado el mantra y ayer miércoles puso a la venta en Sworders, una casa de subastas de Essex (Reino Unido), varios muebles y objetos de decoración que, tras haberse mudado de casa —de mansión, en este caso—, no quería conservar. Entre los 20 lotes había mesas talladas, sofás tapizados, relojes dorados y hasta un zorro y un alcatraz disecados. Es su segunda gran limpieza en poco tiempo, pues hace un año subastó otra tanda de muebles y ornamentos con los que acabó recaudando casi 90.000 libras (unos 101.000 euros). Pero una cosa son los objetos y otra las personas, y, con ellas, el músico parece mucho menos proclive a los finales abruptos.

Casi tan conocido por éxitos como Maggie May o Da Ya Think I’m Sexy como por su interminable historial sentimental, Stewart ha tenido ocho hijos con cinco mujeres distintas, y todas ellas, excepto Susannah Boffey (que se quedó embarazada cuando él tenía 17 años y cuya hija dieron en adopción), siguen presentes en su vida. Su buena armonía quedaba patente en una inusual foto de familia que Kelly Emberg, madre de su hija Ruby y con quien convivió en la década de los ochenta, publicó el 22 de agosto en Instagram. Además de ella y el cantante, en la imagen también aparecían la actual esposa de Rod, la presentadora Penny Lancaster, madre de los pequeños Alastair y Aiden, además de sus dos exmujeres: Alana Stewart, madre de Sean y Kimberly (cuya fiesta de 40º cumpleaños fue el motivo de este “encuentro de madres”, como rezaba el hashtag), y Rachel Hunter, con quien compartió los noventa y tuvo dos hijos, Renee y Liam.

No siempre ha imperado semejante buenrollismo en el clan Stewart. A Alana, como ella misma contó en el HuffPost, el divorcio la dejó “devastada”. “Nunca es fácil, pero resulta aún más doloroso cuando averiguas que tu marido tiene una aventura con una guapa modelo 15 años más joven que tú”, escribió, en referencia a Emberg. Rachel Hunter, que tiene 25 años menos que el cantante, le rompió el corazón a él, sumiéndole en un estado de desesperación “que rozaba la locura”, según reveló Stewart en su autobiografía. Pero unos y otros han dado con la fórmula para enterrar el pasado. Penny Lancaster, con quien Rod parece haber encontrado la estabilidad definitiva, contó hace unos días en un programa que ella también tuvo que poner bastante de su parte: “Cuando le conocí, me di cuenta de que no éramos solo nosotros, que también estaban los hijos, las exesposas… Tuve que enseñarles que era auténtica, demostrar amabilidad. Y funciona”.

Los tiempos en los que la vida del músico era “beber y follar” (en sus palabras), y en los que escribía letras tan explícitas como la de Hot Legs, han quedado atrás, muy atrás. Fue un mujeriego, lo admite, pero hoy asegura apoyar el MeToo (“ese movimiento debería haberse producido mucho antes”, dijo en The Times) y confiesa que, si se avergüenza de algo, es de la forma en la que terminaba las relaciones. Lo hacía al estilo ghosting; sencillamente, desparecía del mapa: “Era un cobarde”, ha dicho. El año pasado, se mojó en The Independent sobre otro asunto candente, el Brexit, al opinar que debería haber un segundo referéndum (“creo que la gente ha sido engañada, creo que les han mentido”), pero se mostró más conciliador sobre Donald Trump, a quien conoce desde hace años y define como su “amigo”, aunque no esté de acuerdo con “su brújula moral”.

Lo que no ha cambiado en estas cinco décadas de carrera es su voz rasgada, ni su característico pelo con mechones de punta (al que le dedicó un capítulo entero en su autobiografía), ni esas americanas brillantes o con estampado de leopardo que todavía sigue luciendo sin sonrojo en sesiones de fotos o en escenarios como el del Caesars Palace, en Las Vegas, donde canta la próxima semana; o el mítico Hollywood Bowl de Los Ángeles, donde actuará el 27 de septiembre. Hace un año, el músico lanzó Blood Red Roses, su álbum número 30, y, aunque en enero cumplirá 75 años, tiene intención de morir con las botas (de pitón) puestas.


Tomado del portal Gente del diario EL PAÍS (ES)