Ministerio de Justicia, la cartera que algunos miran con recelo

Foto: Colprensa

Que no quiso hablar en la plenaria de la Cámara de Representantes para defender las objeciones del presidente Duque a la JEP, que no dialoga con los partidos políticos ni con la rama judicial, que le falta tacto, ser más política y que es “santista”.

Por. Juan Camilo Montoya E.

El Colombiano

Esos son algunos de los calificativos que la ministra de Justicia, Gloria María Borrero, ha recibido en ocho meses desde diversos sectores políticos, incluso, del partido de gobierno, el Centro Democrático.

Ella, junto a la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, han sido blanco constante de congresistas y analistas, quienes las ven como las culpables de que el Gobierno no tenga mayorías en el Congreso. El carácter técnico de Borrero, por encima de lo político, ha dificultado sus relaciones con los partidos.

La crítica más reciente fue por no tomar la palabra en el debate sobre las objeciones a la ley estatutaria de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), antier en la Cámara de Representantes. “Aclaro que los voceros de este debate son el Comisionado de Paz y el Comisionado de Derechos Humanos, el doctor Francisco Barbosa, y yo estaba ahí acompañando a la ministra Gutiérrez y a los consejeros porque creo que eso es lo que me corresponde. Ahí estoy para dar asesoría a quien lo requiera”, explicó Borrero.

Sin embargo, la ministra habría pedido la palabra en la sesión, la cual fue negada por el presidente de la Cámara de Representantes, Alejandro Chacón, con quien ya se había enfrentado en el periodo legislativo de 2018. Una semana atrás, en audiencia pública sobre las objeciones, Chacón le ofreció unos minutos a la ministra y ella se negó a intervenir.

“Ella es de otra corriente”

El malestar con la labor de Borrero no es de la oposición, han sido algunos parlamentarios del Centro Democrático los que la han criticado con mayor dureza, lo cual evidencia fisuras en la relación del partido con el Gobierno.

El senador uribista, José Obdulio Gaviria, fue más lejos y afirmó que con ella tiene diferencias personales. “Ella pertenece a una corriente doctrinaria muy diferente a la mía, viene de organizaciones no gubernamentales que apoyaron a Santos, con las cuales he estado muy confrontado. Mi relación con ella ha sido nula”, puntualizó el congresista.

El representante del Centro Democrático, Edward Rodríguez, pide directamente la renuncia de la ministra “por varias razones, porque nos pusimos a la orden para trabajar de la mano de ella y no ha existido ni liderazgo ni resultados. No tiene diálogo con la justicia, ni con jueces, ni con sindicatos, ni con partidos políticos. Así es muy difícil sacar las reformas que necesita el país”, aseguró.

Para Pedro Piedrahita, profesor de ciencia política de la Universidad de Medellín, “el sector más radical del uribismo la ataca porque no ha tenido la capacidad política para liderar la reforma a la justicia y por no defender las objeciones de Duque”. Y añadió, sobre el señalamiento de haber trabajado con algunas ONG, que “no ven la política más allá de izquierda y derecha, todo lo ven en blanco y negro y eso afecta a Duque, que a veces sale con agenda propia, pero recibe el regaño del partido. La agenda radical se la mandan desde el Congreso”.

Reformar la justicia, el reto

La misión principal de la ministra Borrero será la aprobación del Congreso de la reforma a la justicia, hundida en diciembre. Una tarea titánica, si se tiene en cuenta que históricamente los gobiernos han fracasado en la intención de modificarle condiciones a jueces, magistrados, y demás asuntos de la rama judicial.

“Los constitucionalistas dicen que para reformar a la justicia es necesario hacerlo por una Asamblea Nacional Constituyente, ir a la raíz. Los magistrados se oponen y también es necesaria una reforma electoral”, añadió Piedrahita.

Con las objeciones a la JEP en agonía, la ministra se enfoca en la segunda oportunidad de la reforma judicial.

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Propiciar una justicia y política criminal eficaz, encontrar solución a la crisis carcelaria, fortalecer la rama judicial y la política integral de drogas, son algunos de los objetivos del Ministerio de Justicia. Para el analista Pedro Piedrahita, “la encargada de esta cartera debe ser técnica en el área jurídica. No es natural su constante relacionamiento con el Congreso, para eso está el Ministerio del Interior. Borrero es una persona técnica, entre la academia y el sector público. Las críticas vienen de los sectores más radicales del uribismo para marcarle agenda al presidente Iván Duque”.


Tomado del portal del diario El Colombiano