Stan Lee, el genio creativo de Marvel, muere a los 95 años

Foto: People.com

Stan Lee, el hombre que ayudó a crear algunos de los superhéroes más perdurables del siglo XX como escritor y editor de Marvel Comics, impulsó el éxito de la industria del cómic desde los años sesenta y supervisó la transformación de su compañía en un titán de los medios a nivel internacional, murió ayer, lunes, 12 de noviembre en Los Ángeles. Tenía 95 años.

Su muerte, en el Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles, fue confirmada por Kirk Schenck, un abogado de la hija de Lee, Joan Celia, apodada J. C.

Para muchos, Lee personificaba a Marvel, e incluso a todo el género de los cómics. Escritor, editor, ejecutivo de Hollywood y promotor incansable (de Marvel y de sí mismo) desempeñó un papel fundamental en la que los fanáticos llaman la Era de Plata (o la Edad de Plata) de los cómics.

Muchas personas consideran que Marvel, bajo su liderazgo y con el toque de su colorida voz, cristalizó esa era: una época de aumentos de ventas, de personajes e historias cada vez más complejos, así como de una creciente legitimidad cultural del medio. (El principal competidor de Marvel en ese entonces, National Periodical Publications, ahora conocido como DC, la editorial de Superman y Batman, entre otros muchos personajes, auguró la Era de Plata —pero no la definió—, con la actualización en 1956 de su superhéroe, Flash).

Lee supervisó la creación del Hombre Araña, los Hombres X, los Cuatro Fantásticos, el Hombre de Hierro, Hulk, Thor y muchos otros superhéroes que, como propiedad de Marvel Comics, ahora ocupan amplias secciones en el panorama de la cultura pop en películas y televisión.

Con el liderazgo de Lee, Marvel revolucionó el mundo de los cómics al llenar a sus personajes con las mismas dudas sobre sí mismos y las neurosis de las personas comunes, así como con una conciencia sobre las tendencias y las causas sociales, al igual que —especialmente en los casos del Hombre Araña y la Mole, uno de los integrantes de Los Cuatro Fantásticos— un sentido del humor especial. Estas características de personalidad no eran conocidas en el mundo de los superhéroes.

Al humanizar a sus héroes, insuflándoles defectos e inseguridades que contrastaban con sus fortalezas sobrehumanas, Lee intentó “hacerlos personajes reales de carne y hueso, con personalidad”, dijo a The Washington Post en 1992.

“Eso es lo que cualquier historia debería tener, pero los cómics no lo tenían hasta ese punto”, dijo. “Todas eran figuras acartonadas”.

Energético, sociable, optimista y alternativamente grandioso y modesto, Lee fue un vendedor efectivo. Empleaba una sintaxis digna de un circo en el medio impreso (“¡Voltea de frente, creyente verdadero!”, “Hacer mío a Marvel”) para comercializar los productos de Marvel a unos fervientes seguidores.

Encantaba a los lectores con guiños colocados por separado en viñetas, que a menudo hacían referencia a fascículos pasados. En 2003, dijo a Los Angeles Times: “Quería que el lector sintiera que todos somos amigos, que estamos compartiendo una diversión privada de la cual el mundo exterior no está consciente”.

Stan Lee nació como Stanley Martin Lieber el 28 de diciembre de 1922 en Manhattan, Nueva York. Fue el mayor de los dos hijos de Jack Lieber, un sastre que ocasionalmente encontraba trabajo, y su esposa Celia Solomon, ambos inmigrantes rumanos. La familia posteriormente se mudó al Bronx.

Lee comenzó a leer a Shakespeare a los 10 años y también devoraba las revistas pulp —género de ficción caracterizado por el empleo de tramas llenas de violencia y erotismo—, las novelas de Arthur Conan Doyle, Edgar Rice Burroughs y Mark Twain, así como las películas de aventuras de Errol Flynn.

Se graduó a los 17 años del bachillerato DeWitt Clinton en el Bronx y aspiraba a ser un escritor de literatura formal. Se convirtió en un tipo de escritor diferente cuando, después de algunos tropiezos en otros empleos, fue contratado en 1940 en Timely Publications, una compañía propiedad de Martin Goodman, un familiar que había construido una reputación en revistas pulp y comenzaba en la industria de los cómics.

Lee inicialmente recibía un sueldo de 8 dólares a la semana como asistente de oficina. Con el tiempo, pasó a escribir y editar historias, muchas del género de los superhéroes.

En Timely trabajó con el artista Jack Kirby, quien, con un compañero escritor, Joe Simon, había creado el exitoso personaje Capitán América y quien desempeñaría un papel crucial en la carrera de Lee años más tarde. Cuando Simon y Kirby, las mayores estrellas de Timely, fueron seducidos por una compañía rival, Lee fue nombrado editor jefe.

Impresionó a sus jefes con su velocidad. “Casi todo lo que he escrito, lo pude terminar en una sesión”, dijo alguna vez. “Soy un escritor rápido. Tal vez no soy el mejor, pero sí el más rápido”.

Lee usó varios seudónimos para dar la impresión de que Marvel tenía un gran equipo de escritores; el que permaneció fue simplemente su primer nombre partido en dos. (En la década de los setenta, cambió legalmente Leiber a Lee).

Durante la Segunda Guerra Mundial, Lee permaneció en Estados Unidos, donde escribió manuales de entrenamiento para el Cuerpo de Señales del Ejército y trabajaba de noche como escritor de cómics. En 1947 se casó con Joan Boocock, una exmodelo que se había mudado a Nueva York desde su natal Inglaterra. Una hija, Joan Celia, nació en 1950; otra, Jan, murió tres días después de nacer, en 1953. La esposa de Lee murió en 2017. La información sobre quiénes le sobreviven no está inmediatamente disponible.

A mediados de los años cuarenta, el clímax de la Era de Oro de los cómics, las ventas prosperaron. No obstante, a medida que las tramas y los personajes se volvían cada vez más espeluznantes (especialmente en EC —Entertainment Comics—, un competidor de Marvel que publicaba títulos como Cuentos de la cripta y The Vault of Horror), los adultos exigían censura. Esto obligó a la industria a autorregularse al fundar Comics Code Authority para evitar una legislación que controlara los contenidos.

Con la eliminación de estos temas polémicos de los cómics y la llegada de la televisión, los lectores descendieron casi un 75 por ciento en pocos años.

Y con la disminución gradual de la Era de Oro de los cómics de superhéroes, Lee se cansó de realizar humor genérico, así como historias de romance, del Oeste y de monstruos, aquello en lo que Atlas Comics se había convertido. A los 30 años se sentía estancado en su carrera y su esposa lo impulsó a escribir los cómics como él los deseaba, no solo los que se consideraban capaces de ser vendidos. Martin Goodman, su jefe, motivado por la popularidad de un renovado Flash (y después Linterna Verde) en DC, quería que volvieran a los superhéroes.

Lee aceptó la sugerencia de Goodman, pero fue mucho más lejos de lo esperado.

En 1961, Lee y Kirby —a quien años antes había traído de regreso a la compañía, ahora conocida como Marvel— produjeron el primer cómic de Los Cuatro Fantásticos, sobre un equipo con superpoderes, pero muy humanizados: identidades no secretas, disputas internas y en La Mole, que posee un cuerpo rocoso anaranjado, ansiedad. Fue un éxito.

Otros títulos de Marvel ofrecían una plantilla similar, como El increíble Hulk —otra creación de Lee y Kirby—, una historia moderna similar al Doctor Jekyll y el Señor Hyde sobre un hombre decente que en repetidas ocasiones se transformaba en un monstruo radiactivo.

El héroe por excelencia de Stan Lee, lanzado en 1962 y creado con el artista Steve Ditko, es el Hombre Araña.

El Hombre Araña, un joven tímido y torpe que cursa el bachillerato y obtuvo sus poderes cuando fue mordido por una araña radiactiva, tendía a la angustiosa introspección, permeada con bromas ocurrentes (una clave para la duradera popularidad del personaje a través de múltiples plataformas de entretenimiento, incluidas las películas y un musical de Broadway).

Los diálogos de Lee incluían rasgos típicos, como los golpes de las peleas del Hombre Araña; modismos de la era isabelina, como los de Thor, y la gabardina de la clase trabajadora de la Mole. También podían incluir poesía barata, como en la oratoria sobre humanos, pronunciada por el Deslizador de Plata, un extraterrestre: “Y aun así, en su incontrolable locura, en su imperdonable ceguera, buscan destruir esta resplandeciente joya, esta gema que gira suavemente, esta bendita esfera diminuta, que la humanidad llama Tierra”.

Lee puso en práctica lo que llamó el método Marvel: en vez de entregar guiones a los artistas para que los ilustraran, él hacía resúmenes de historias y dejaba que los artistas las dibujaran como deseaban. Posteriormente, él agregaba efectos de sonido y diálogo. En ocasiones descubría en páginas ilustradas que nuevos personajes habían sido agregados a la narrativa. Estas sorpresas (como el Deslizador de Plata, una creación de Kirby y un favorito de Lee) después llevarían a cuestionamientos sobre la propiedad intelectual de los personajes.

Lee era acusado frecuentemente de no reconocer adecuadamente las contribuciones de sus ilustradores, especialmente las de Kirby. El Hombre Araña se convirtió en la propiedad intelectual mejor conocida de Marvel, pero Ditko, su cocreador, dejó la empresa en 1966. Kirby la abandonó en 1969. A pesar de que se reunió con Lee para una novela gráfica del Deslizador de Plata en 1978, los buenos tiempos habían concluido. Kirby falleció en 1994.

Muchos fanáticos de los cómics creen que Kirby fue erróneamente privado de regalías y trabajo original durante su vida, y durante años los representantes del patrimonio de Kirby buscaron adquirir los derechos de los personajes que Kirby y Lee crearon juntos. Los herederos de Kirby fueron varias veces rechazados en la corte con base en que él hizo “trabajo bajo contrato” (en otras palabras, que esencialmente vendió su arte sin esperar regalías).

En septiembre de 2014, Marvel y el patrimonio de Kirby lograron un acuerdo. Ahora, Lee y Kirby reciben crédito en numerosas producciones fílmicas basadas en su trabajo.

En 1980, Lee se mudó a Los Ángeles para desarrollar Marvel, pero la mayoría de sus intentos de hacer televisión y películas con actores resultaron decepcionantes. (La serie El increíble Hulk, transmitida de 1978 a 1982, fue una excepción). Avi Arad, un ejecutivo en Toy Biz, una compañía en la que Marvel había comprado una participación que le daba el control, comenzó a revivir los éxitos de la compañía en Hollywood, particularmente con una serie animada de los X-Men que se transmitió de 1992 a 1995. (Su éxito contribuyó a lograr la franquicia de X-Men con actores para el cine, que ha florecido desde su primera película, en el año 2000).

A finales de los noventa, a Lee le fue concedido el cargo de presidente emérito de Marvel y comenzó a explorar proyectos externos. Mientras, sus apariciones personales (incluyendo el cobrarles a sus fanáticos 120 dólares por un autógrafo) fueron una fuente de ingresos. Sus intentos posteriores de crear una empresa de superhéroes completamente propia fracasaron. Una, Stan Lee Media, una compañía puntocom, se declaró en bancarrota en 2001. Varios de sus ejecutivos fueron encarcelados por fraude, aunque Lee no estuvo entre ellos y nunca fue acusado.

En 2001 Lee fundó POW! Entertainment (POW es por Purveyors of Wonder, proveedores de asombro), pero prácticamente no recibió ingresos por las películas y las series de televisión de Marvel hasta que ganó una batalla legal contra Marvel Enterprises en 2005, lo que llevó a un acuerdo no revelado que le costó a Marvel 10 millones de dólares. En 2009, The Walt Disney Company, que había acordado pagar 4000 millones de dólares por adquirir Marvel, anunció que había pagado 2,5 millones para incrementar su participación en POW!

En los últimos años de Lee, tras la muerte de su esposa, las circunstancias de sus asuntos de negocios y una relación financiera controversial con su hija atrajeron la atención de los medios. En 2018, Lee estuvo involucrado en disputas con POW!; The Daily Beast y The Hollywood Reporter publicaron artículos sobre las intensas peleas entre la hija de Lee, el personal de la casa y asesores de negocios. The Hollywood Reporter indicó que era víctima de “maltrato a personas de edad avanzada”.

En febrero de 2018, Lee firmó un documento certificado por un notario en el que declaraba que tres hombres (un abogado, un cuidador de Lee y un comerciante de memorabilia) se habían “insinuado a sí mismos en relaciones con J. C. para un motivo y un propósito más grande” (en referencia a su hija J. C.) para “obtener control sobre mis activos, propiedades y dinero”. Posteriormente, retiró su acusación, pero asistentes que habían trabajado muchos años con él (un asistente, un contador y un ama de llaves) fueron despedidos o limitados en gran medida para tener contacto con él.

En un perfil publicado en abril en The New York Times, un alegre Lee dijo: “Soy el tipo con más suerte del mundo”. Agregó: “Mi hija ha sido una gran ayuda para mí” y “la vida es muy buena”. Aunque en la misma entrevista admitió: “He sido muy poco cuidadoso con mi dinero”.

Sin embargo, las películas de Marvel han probado ser una fuente de ingresos para los principales estudios, aunque no tanto para Lee. Con el éxito en taquillas logrado con El Hombre Araña en 2002, las películas de superhéroes de Marvel encontraron su ritmo. Dichas películas (incluidas Iron Man, Thor y Los Vengadores, por nombrar solo tres) han recaudado en conjunto, hasta abril de este año, más de 24.000 millones de dólares en taquilla en el mundo.

Pantera Negra, la primera película de Marvel dirigida por un afroestadounidense (Ryan Coogler) y protagonizada por un elenco casi en su totalidad negro, obtuvo casi 201,8 millones de dólares en Estados Unidos cuando se estrenó; el quinto estreno de mayores ingresos de todos los tiempos. Hasta el momento ha recolectado más de 426 millones de dólares en todo el mundo.

Muchas otras películas de otros personajes todavía están en desarrollo, además de las secuelas de las franquicias establecidas. Los personajes en los que Lee estuvo involucrado en su creación ahora gozan de un grado de penetración cultural fenomenal que nunca antes habían tenido.

Lee escribió unas memorias, Excelsior: The Amazing Life of Stan Lee, con George Mair, publicadas en 2002. Su libro de 2015, Amazing Fantastic Incredible: A Marvelous Memoir (escrito con Peter David e ilustrado como un libro de cómics por Colleen Doran), rinde un gran tributo a los artistas que muchos fanáticos creen que él les dio poco crédito los años previos.

Las películas y series de televisión más recientes de Marvel frecuentemente han dado crédito a los excolaboradores de Lee; él casi siempre ha recibido un crédito como productor ejecutivo. Sus cameos en ellas se han convertido en una tradición.

La incesante energía de Lee indicaba que él mismo poseía superpoderes. (A sus 90 años creó una cuenta de Twitter, @TheRealStanlee). El Fondo Nacional para las Artes lo reconoció cuando le concedió la Medalla Nacional de las Artes en 2008, pero sus logros se vieron frustrados, como los de todos los humanos, por la mortalidad.

“Quiero hacer más películas, quiero hacer más televisión, más DVD, más episodios múltiples, quiero ofrecer más conferencias, quiero hacer más de todo lo que estoy haciendo”, dijo en With Great Power …: The Stan Lee Story, un documental de televisión de 2010. “El único problema es el tiempo. Tan solo desearía que hubiera más tiempo”.


Redacción Paz Estéreo. Con información del portal The New York Times.

Daniel E. Slotnik colaboró con este reportaje.