‘Trece’: un álbum esperado en una época inesperada

Foto: Sony Music

En plena cuarentena y después de mucho tiempo, ve la luz el décimo tercer álbum de Andrés Cepeda.

Por: Liliana Martínez Polo 

EL TIEMPO

Trece, el décimo tercer álbum en estudio de Andrés Cepeda, está por fin a disposición del público a partir de hoy. “Por fin”, dice el músico que a la par de este álbum ha venido promoviendo el trabajo a dúo con su “compadre” Fonseca y la gira que harán juntos cuando el mundo pueda superar esta difícil etapa de confinamiento.

Pero Trece merece su espacio especial y aparte. “Vengo amenazando con este disco durante dos años”, dice Cepeda desde su casa, en una entrevista vía Zoom.

“Comenzó desde que lancé Te voy a amar, el primer sencillo, junto con Cali y El Dandee”. Fue esa canción el punto de partida de Trece. Le siguieron otros dúos o colaboraciones.

Durante la charla, Cepeda deja entrever que habría querido seguir sus pasos solo, más cercano a la idea del cantautor, pero los tiempos hacen del mercado de las colaboraciones algo casi obligatorio para un artista que busca mantenerse vigente.

“Me propuse hacer un disco en el que pudiera hacer dos cosas –dijo el artista–. Primero: ir lanzándolo de a poquito en poquito, tratando de que no se fuera a evaporar rápido, sino lanzar sencillo a sencillo y después mostrar el álbum completo para hacerlo rendir. Segundo: hacer una primera parte con invitados y una segunda en la que canto solo”.

Así, los dúos abrieron el camino para siete canciones nuevas de Cepeda en solitario…

Lo que presenté antes, Infinito, con Jesse & Joy, o Déjame ir, con Morat, o Mil maneras de morir, con Monsieur Periné, era primero un trabajo de interactuar con los invitados. Pensé en hacer el resto de las canciones después de haber vivido esas cooperaciones.
Por fin, ahora está el álbum y viene con el video de la canción El equivocado, con una historia ganadora, después de tres años de composición y búsqueda.

¿Cómo fue enfrentarse al mercado de colaboraciones?

Sabía que la compañía las quería. Entonces busqué a artistas que fueran más jóvenes que yo, de carreras más recientes, y que me gustaran mucho. Ya conocía a Mauricio Rengifo y a su hermano (Cali y El Dandee), salía en televisión junto a Sebastián Yatra y me gustaba su trabajo. Lo mismo Monsieur Periné y Jesse & Joy, a los que conocí gracias a la invitación. Por último, los muchachos de Morat, porque me identifico con sus discos.

A algunos los conocí gracias al proyecto, pero uno tiende a buscar gente con la que se identifica. Si no son grandes amigos, tiene que haber ganas, una admiración que haga simbiosis artística, para que el resultado sea agradable y novedoso. Por eso busqué personas con las que me sintiera cómodo y que tuviéramos más o menos el mismo lenguaje o, si no, las mismas intenciones.

¿Qué historias hubo detrás de estas colaboraciones?

Con los chicos de Jesse & Joy todo fue muy rápido. Escribimos la canción a larga distancia, a la semana siguiente se grabó y a los 15 días estaba mezclada e hicimos el video. Con otros compañeros tuvimos que depender más de las agendas. Lo que hicimos con Monsieur Periné, Mil maneras de morir, fue la primera que consideré para hacer parte del álbum hace tres años, en un avión, y le hicimos muchos cambios. De pronto, esa canción tardó dos años y medio en producirse.

Con Yatra la historia fue bonita, porque me quedó una amistad sembrada. En Cali y El Dandee encontré un nivel de producción tremendo, me pareció increíble. Con Morat, el proceso me recordó el ambiente de Poligamia, de banda de rock. El sonido que producen me hizo sentir que Poligamia se les parecería si hubiéramos seguido juntos. Cada uno me dejó un saborcito especial.

Hablemos de la segunda parte: las canciones en solitario.

Pretenden ser el reflejo de la experiencia vivida en el proceso del álbum. Sentía que era necesario. Todos pedían asociaciones, y me estaba revelando un poquito. Me demoré bastante encontrando a las personas y dije: “Vamos a hacerlo para ver qué aprendo”.

Quedarían muchas anécdotas detrás de las letras…

Todas para mí son bonitas. Pero hay dos especiales. Te dejo ir, la más suave del disco, habla de esas cosas que uno tiene que ir soltando en la vida. Pueden ser personas, situaciones, no sé. Y la tranquilidad y el alivio de curar heridas, pasar la página y dejar ir. Tiene una letra profunda, y cada cual lo puede interpretar.

¿Y la otra?

El equivocado. Recordando el proceso caí en cuenta de que esa canción resultó de una serie de casualidades. Iba a ser otra, pero una situación equívoca, una confusión la llevó a cambiar. Encontré la solución del problema en medio de una tormenta en una isla del Caribe. Fue una experiencia catártica. Vi que la vida me daba la oportunidad de encontrar alternativas a lo que estaba viviendo y que el equivocado era yo al no darme cuenta de que tenía al frente la canción que quería cantar. Era fácil arrancar la hoja y escribir otra cosa, pero uno tiene que aprender a captar que las cosas no son como uno las piensa, sino como quieren ser.

¿Cómo es estrenar un álbum tan esperado en medio de una cuarentena inesperada?

Estamos todos en un vilo tremendo. Por fortuna tenemos la posibilidad de comunicarnos y publicar. Ya habrá oportunidad de defender el álbum en escenarios. Cuando se pueda. En principio, mostramos las canciones y el video. Mientras se puede volver a los conciertos, tratamos de encontrar nuevas maneras de conectarnos. Hice el Concierto en tu casa, cuando vi el tema del encierro, me apresuré a grabar y fui al estudio porque pensaba que un live (en vivo) en casa tiene limitaciones. Hice un contenido, lo publiqué, nos fue bien. Dio la pauta para establecer canales de comunicación y de experiencia musical, en los que se puede llegar mucho más allá.

Por lo pronto, estoy feliz de salir con el álbum después de tanto tiempo. Me quito un peso de encima, porque libero esto y me da espacio para concentrarme en otros proyectos.


Tomado del diario EL TIEMPO