Tres décadas de música electrónica contadas por una de sus leyendas

Foto: Sonar + D

John Acquaviva nos cuenta la poderosa influencia de la música electrónica en la historia de la música y las sociedades.

John Acquaviva

DJ y productor musical

Hay dos elementos que definen Detroit: los automóviles y la música. Los primeros hicieron que la ciudad más grande del estado de Michigan fuera conocida como Motor City por la ubicación de las fábricas de las principales marcas de coches de Estados Unidos. Durante sus años de esplendor fue una urbe orgullosa, obrera y próspera, espejo en el que se querían mirar otras grandes áreas industrializadas. Hasta que llegó la crisis del sector del automóvil y con ella el paro, la desestructuración social y la despoblación. De superar holgadamente el millón de habitantes en los años sesenta del siglo pasado, Detroit hoy apenas alcanza los 700.000 y tiene una de las mayores tasas de desempleo, delincuencia y analfabetismo del país. Es el mejor ejemplo del tan efímero como publicitado sueño americano. Sin el otro elemento, la música, sería también imposible entender esta ciudad. En ella nació la Motown, creadora de un sonido único, despuntaron después los Stooges de Iggy Pop, desde allí partió también el rap furioso de Enimem, y en Detroit se iniciaron algunos de los pioneros de la música electrónica con Juan Atkins a la cabeza. La explicación que el propio Atkins daba al fenómeno del nacimiento de la música electrónica en su ciudad era bien prosaica: “Detroit puede ser realmente aburrido a veces, así que para pasar el rato y para salir de ello tienes que encontrar cosas que hacer”. Y allí fue también donde John Acquaviva, un canadiense de origen italiano, conoció a Richie Hawtin; juntos crearían Definitive Recordings y ayudarían apoyándose en las nuevas tecnologías a que los sonidos electrónicos se convirtieran en el fenómeno global que son hoy.

Acquaviva tuvo claro desde el comienzo de los 2000 que la música necesitaba nuevos elementos para evolucionar en su creación, reproducción y distribución. Junto con su socio impulsó Final Scratch, un dispositivo que permitía a los DJ pinchar archivos digitales como si estuvieran manipulando los tradicionales platos y vinilos analógicos. Este aporte permitió que la cultura de clubes y los DJ entraran en el siglo XXI de forma definitiva. También juntos abrireron el sitio web Beatport.com, un espacio desde que el los creadores pueden compartir música electrónica a través de Internet y que sigue teniendo relevancia mundial. Estos avances pioneros en su día son, para Acquaviva, la demostración de que este estilo está más vivo que nunca y que va a continuar evolucionando junto con las nuevas tecnologías: “la música dance, aseguraba en una entrevista, es como mirarte al espejo todos los días. Nunca observas cambios, pero si ves una foto tuya de hace uno, cinco, diez o veinte años piensas ‘guau’. Como una bacteria que se niega a morir, simplemente se mantiene y sigue evolucionando”. Después de 30 años en activo, John Acquaviva continúa siendo uno de los creadores más inquietos e innovadores en la música electrónica. Señal de que él también se resiste a morir y quiere seguir evolucionando.

Edición: Pedro García Campos | Pablo Vara
Texto: José L. Álvarez Cedena


Tomado del diario El País (Es) Vodafone