Niño bomba en Arauca y narcocultivos de Catatumbo hacen parte de nuevo informe sobre el conflicto.
El comandante del Ejército, general Eduardo Enrique Zapateiro, le entregará este jueves de manera formal a la Comisión de la Verdad un nuevo informe con varios hechos atroces cometidos por miembros de las extintas Farc durante el conflicto armado, incluso en complicidad con el Eln.
EL TIEMPO accedió a su contenido y allí reconstruyen –desde la perspectiva de memoria histórica de las Fuerzas Militares– acciones como el del llamado ‘Niño bomba de Fortul’ que, el 17 de abril de 2003, fue convencido por un emisario del Frente 10 de las Farc para que movilizara una bicicleta hasta un puesto del Ejército, ubicado en las goteras del municipio araucano de Fortul.
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Irwing Orlando Ropero Serrano, el menor de 10 años, aceptó llevar la bicicleta a cambio de mil pesos. Según el informe castrense –titulado ‘En surcos de dolores’–, el guerrillero activó la carga explosiva oculta en la estructura de la cicla justo cuando el niño estaba cerca del retén.
“Los explosivos fueron detonados, causando la muerte inmediata del menor y afectaciones a los militares que allí se encontraban”, dice el documento, que advierte que este caso es una clara violación del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y tuvo impacto sicológico en la familia del menor, que alcanzó a ver su cuerpo desmembrado.
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Otro hecho documentado también en Arauca se registró el 24 de agosto de 2013. Ese día, en la vereda Flor Amarillo –zona rural de Tame–, un comando de 80 guerrilleros de las Farc y del Eln atacaron a una patrulla militar de 36 uniformados con tatucos, cilindros bomba y ametralladoras. En solo 40 minutos, según la reconstrucción castrense, masacraron a 14 militares y dejaron heridos a otros 9.
‘La barbarie de Puerres’
Ataques similares en Huila, Casanare Meta y Nariño también son reconstruidos en el documento, haciendo énfasis en que el número de víctimas fatales en cada episodio fue superior a los 10 uniformados y que se perpetraron con métodos de guerra que violaron el DIH y los derechos humanos.
De hecho, para el Ejército es clave recordar lo que pasó el 15 de abril de 1996. El episodio se denominó ‘La barbarie de Puerres’ y cuenta cómo se unieron frentes de las Farc y del Eln para atacar un comando militar que estaba realizando labores de vigilancia en el municipio nariñense. El saldo: 31 uniformados masacrados y 11 más heridos.
Si bien no son los primeros documentos que el Ejército le presenta a la Comisión de la Verdad –a finales de 2018 entregó ‘Génesis’, que recoge los manuales operacionales de las Farc–, por primera vez intentan explicar, desde una mirada castrense, las afectaciones que sufrieron uniformados y población civil por el actuar terrorista de la extinta guerrilla y de otros grupos ilegales.
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Este documento será entregado a la Comisión de la Verdad por el general Zapateiro y por el también general Javier Ayala, cabeza del Comando Conjunto Estratégico de Transición de las Fuerzas Militares.
Este último oficial le dijo a EL TIEMPO que “esta entrega que presenta el Ejército ante la Comisión de la Verdad reviste importancia, porque visibiliza la sistematicidad de las graves violaciones de los derechos humanos cometidas no solo contra miembros de las fuerzas, sino contra la población civil, incluyendo menores de edad por parte de las extintas Farc”.
Sin embargo, hay varias voces que les han pedido a las Fuerzas Militares y de Policía que también cuenten de qué forma se vieron involucrados sus miembros en acciones ilegales en el marco del conflicto y los correctivos que tomaron para subsanar esas irregularidades. Por ejemplo, la propia Comisión pidió este año información sobre los perfilamientos ilegales realizados desde guarniciones militares a políticos, exmilitares y periodistas.
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Y aunque sobre esos aspectos aún no hay respuesta oficial –aunque extraoficialmente se ha dicho que ya están trabajándola–, en el documento ‘El surco de dolores’, además, se reconstruyen episodios que resultaron golpeando, entre otras, a comunidades indígenas como los embera katío eyábida.
Narcocultivos y Catatumbo
Asegura el documento que en 10 años de confrontaciones entre Farc, Eln y paramilitares en el Urabá antioqueño se generó un posible genocidio: “De 18 comunidades que había a mediados de la década del 90, hoy se redujeron a 12; y de 4.300 indígenas, solo quedan en la región 2.295”.
También documenta que en el Catatumbo –región que, de acuerdo con el reporte de cultivos ilícitos de Naciones Unidas revelado esta semana, es la de mayor narcohectáreas en el país (41.711)–, las Farc lograron dominar el sembrado ilegal de coca y levantar al menos 71 narcolaboratorios.
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Eso les facilitó, según el documento del Ejército, abrir varias rutas ilegales hacia Venezuela para sacar cientos de toneladas de coca entre 1990 y 2016, cuando se desarmaron producto del acuerdo de paz de La Habana.
No obstante, el Ejército aclara que allí también operaron otros grupos ilegales como los paramilitares, el Eln y el Epl, que en medio de la confrontación por el control de las economías ilegales dejaron una estela de muerte y sangre.
“Entre los años de 1990 y 2016 el negocio del narcotráfico en el Catatumbo, ejercido por los grupos armados organizados y su accionar, dejaron un saldo de 207.962 personas afectadas; entre ellas, 16.040 víctimas de homicidio, 2.622 víctimas de armas explosivas no convencionales, 72 víctimas de vinculación de menores al conflicto y 189.228 víctimas de desplazamiento forzado”, asegura el documento en poder de EL TIEMPO.
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El otro informe de memoria que se le entregará este jueves a la Comisión de la Verdad se denomina ‘Colección Bicentenario’, el cual consta de 16 libros y es una mirada histórica a cómo han actuado las Fuerzas Militares durante la etapa que cubrió el conflicto armado.
Unidad Investigativa
Tomado de portal del diairo EL TIEMPO
