Carlos Santana: cuando se trata de ser ‘Supernatural’

Foto: Jorge Padeiro / EFE

Se celebran 20 años de uno de sus discos más exitosos y famosos de la historia de la música moderna.

Por: Daniel Casas

EL TIEMPO

Veinte años atrás, el 15 de junio de 1999, Carlos Santana publicó Supernatural, el décimo octavo álbum de estudio de su carrera y que, sin imaginarlo, se convirtió en su más exitoso y a la fecha uno de los discos más vendidos en la historia de la música, con más de 30 millones de copias en el mundo, 11,8 de ellas en los Estados Unidos.
Y cuando llegó al primer lugar de las listas de ventas de álbumes en ese país, habían pasado 28 años desde su último número uno, Santana III, en 1971.

De repente, en solo unos meses, Santana, con 30 años de carrera artística, pasó de ser un venerado dinosaurio del rock a una figura popular que competía a la par con Britney Spears, N’Sync, Destiny’s Child o Celine Dion.

Supernatural incluye sus únicos números uno en listas de sencillos en Estados Unidos, en especial Smooth, colaboración con Rob Thomas, entonces cantante de la banda Matchbox Twenty, que por 12 semanas consecutivas estuvo en esa posición y que en 2018, según la revista Billboard, es la segunda canción más exitosa de todos los tiempos.

Pero la historia de Supernatural, aunque inaudita, empezó en 1968 con el presidente de Columbia Records, Clive Davis, quien llevaba un par de años en el cargo con la consigna de abanderar el rock. No en vano, en esos días se añadieron al catálogo de Columbia los nombres de Moby Grape, Janis Joplin, Blood Sweat And Tears y Chicago Transit Authority (luego Chicago), entre otros de esa corriente.

Bill Graham, el más famoso empresario de conciertos, invitó a Davis a su famoso teatro Fillmore West para ver una banda nueva llamada Santana, que se destacaba por su habilidad para conjugar el rock y el blues con las polirritmias africanas propias de la música latina. 

En 1969 Santana firmó por 20 años con Columbia, y sus primeros tres álbumes, Santana, Abraxas y Santana III , entre 1969 y 1971, lo convirtieron en uno de los nombres más afamados del rock y uno de los mejores guitarristas del mundo.

Desde entonces, su carrera deambuló entre esa fama y una serie de discos que nunca fueron un dechado de sorpresas o innovaciones. Mucho menos de canciones reconocidas en el mundo de los éxitos, a media excepción de Winning y Hold On, puestos 17 y 15 de las listas, entre 1981 y 1982, respectivamente.

En 1990 el contrato de Santana y Columbia expiró y el músico publicó un par de discos de estudio y uno más en concierto con el sello Polydor, pero su carrera en realidad seguía dando tumbos, a pesar de ser muy solicitado en conciertos.

En 1998, Clive Davis apareció de nuevo en la vida de Santana, y como tres décadas atrás, lo firmó ahora con el sello de su propiedad, Arista Records, con la intención clara de ponerlo en el pedestal que merecía.

Lo convenció de hacer un disco en el que, sin perder su estilo, incluyera un sonido actual, con canciones sólidas, comerciales y capaces de conquistar nuevos públicos. Para ello, trabajaron con productores como Wyclef Jean, K. C. Porter, Matt Serletic, los famosos Dust Brothers y el británico Stephen Harris, entre otros. Y estudiaron cuidadosamente una lista de artistas que pudieran hacer colaboraciones con él.

En un fascinante universo musical, la presencia de Rob Thomas, Dave Matthews, Everlast, Lauryn Hill, Cee Lo Green, Eagle Eye Cherry, Eric Clapton y el dueto The Product G&B, novel apadrinado de Wyclef Jean, resultó en una colección de canciones que aún brillan por su frescura y emoción. Sin demeritar la genialidad de los demás temas del álbum, el camino lo abrió la mencionada Smooth, que luego ganó tres premios Grammy. Después, el delicado rhythm & blues de Maria Maria con The Product G&B, que también ganó un Grammy, y otro número uno, ahora durante 10 semanas.

Estuvo el muy personal y seudoacústico Put Your Lights On, del otrora rapero Everlast (con un Grammy más). El sofisticado Love Of My Life con el gran Dave Matthews, y esa increíble interacción de pop rock con Maná, para el fabuloso Corazón espinado, que llegaría a ser suceso en los mercados latinos. Supernatural recibió 8 premios Grammy, empatando a Thriller, de Michael Jackson, y demostró en su momento no solo la vigencia de Carlos Santana como músico, sino la habilidad de Clive Davis como empresario y visionario del negocio musical. Entre los dos armaron este, uno de los álbumes más geniales que ha dado la música contemporánea.


Tomado de portal del diario EL TIEMPO