La foto que prendió la mecha rebelde del rock’n’roll

Foto: ABC

Este 31 de julio se cumplen 65 años de la sesión fotográfica de la portada del primer disco de Elvis Presley

Por. Nacho Serrano

ABC

Se suele decir que las estrellas de la música urbana no son nada sin su imagen, sin sus espectaculares videoclips, pero lo cierto es que lo visual tuvo una enorme influencia en la popularización del rock’n’roll. Así lo demuestra el impacto que tuvo la portada del primer disco de Elvis Presley. Nadie hasta ese momento se había atrevido a congelar un contoneo tan provocativo, sexy y rebelde y llevar la imagen a las estanterías de las tiendas de discos de todo el país, y como era de esperar, a algunos les pareció una revelación, pero a otros les pareció una herejía. En cualquier caso, fue el primer álbum de rock en llegar al número uno de las listas de éxitos estadounidenses, y el primer álbum de RCA que alcanzó ventas millonarias. Cuando se publicó el disco, el 13 de marzo de 1956, Elvis acababa de cumplir 21 años y ya estaba a punto de revolucionar a millones de jóvenes, que enloquecieron al verle cantar y bailar compulsivamente con temas como «I love you because», «Just because», «Trying to get you», «I’ll never let you go», «Blue moon», «Tutti Frutti», «I’m Gonna Sit Right Down and Cry (Over You)», «One-sided love afair», «I’m counting on you» y el resto de clásicos del repertorio, grabado entre el 5 de julio de 1954 y el 30 de enero de 1956.

La imagen, elegida por la revista Rolling Stones como una de las cien mejores portadas de la historia (la colocó en el puesto 40), fue tomada durante un concierto en Fort Homer Hesterly Armory en la ciudad de Tampa (Florida) hace 65 años, el 31 de julio de 1955. Durante mucho tiempo se pensó que era obra de Popsie Randolph, el único fotógrafo mencionado en los créditos del álbum, pero en 2002 el investigador Joseph A. Tunzi descubrió que en realidad la había hecho William V. «Red» Robertson.

En el momento de la captura fotográfica, Elvis todavía tenía contrato con Sun Records, el sello que lo descubrió, pero en noviembre de 1955 el artista firmó con RCA, que fue el que publicó el disco y ordenó que se hiciera el resto de las fotos del disco, que fueron tomadas en Nueva York en diciembre.

«Red» Robertson plasmó con absoluta brillantez el ambiente que según las crónicas hubo en aquel concierto del 31 de julio del 55. Las chicas del público no pararon de gritar y brincar frente al improvisado escenario de tablas que temblaba bajo las caderas de Elvis, y al terminar el show, se desató el caos: el artista dijo antes de despedirse que esperaba a todas las chicas en el camerino, y ellas se lo tomaron al pie de la letra. El resultado fue un disturbio en toda regla que requirió una contundente intervención de la policía, y cuando la noticia se propagó por el país, miles de jóvenes acabaron discutiendo con sus padres, con sus profesores, con sus curas, con toda la generación anterior, para defender a su nuevo ídolo. La mecha de la rebelión del rock’n’roll había prendido definitivamente.

Aquella portada, que fue reutilizada en un EP y en un doble EP de Elvis el mismo año de 1956, condensaba tan bien el espíritu indomable del género que fue imitada muchos años después por The Clash, cabecillas de un movimiento, el punk, que pretendía revitalizar ese ímpetu antiautoritario y subversivo. Joe Strummer y los suyos no quisieron disimularlo lo más mínimo, y copiaron la pose y el color y tipo de letra de la portada de Elvis en su legendario «London Calling», gracias a una idea del diseñador gráfico Ray Lowry. Y curiosamente, así consiguieron alcanzar el puesto 39 en la mencionada lista de las mejores portada de la historia según Rolling Stone, superando por una posición al original. La foto ilustra el momento en que Paul Simonon golpeó su bajo Fender Precision contra la tarima del Palladium de Nueva York el 20 de septiembre de 1979, y aunque a todos nos parece magnífica, la fotógrafa que la hizo, Pennie Smith, al principio rechazó que se usara porque estaba desenfocada.

También fue parcialmente emulada por otros grupos, como Big Audio Dynamite en su disco «F Punk» de 1995, Chumbawamba en su single «Tony Blair» (1999), k.d. lang en «Reintarnation» (2006) o Cliff Richard en «Rise Up» (2018).

La lista de imitaciones llega hasta el medio centenar, lo que da buena cuenta de su gigantesca influencia en el imaginario visual rockero. También hicieron sus propias versiones Tom Waits en «Rain Dogs», Sylvain Sylvain en «… In Teenage News», o El Vez en «El Vez Calling» y Siniestro Total en el single «Sexo Chungo / Me pica un huevo», aunque en estos dos últimos casos estarían rindiendo homenaje a la primera «copia», la de los Clash.


Tomado del portal ABC