Los Oscar consiguen que hasta Billie Eilish parezca mayor

La actuación musical más esperada de la noche fue la de una adolescente, a quien llamaron para rejuvenecer la gala. Pero al final lo que sucedió fue que ella envejeció

Por: Xavi Sancho

Icon / EL PAÍS (ES)

“Estrella pop de pelo verde hoy cantará en el show”. Este ha sido el rótulo con el que la cadena TNT ha presentado la entrevista en la alfombra roja a Billie Eilish (California, 2001). Horas más tarde, después de haber sido protagonista del meme a la cara de aburrimiento (mientras actuaba Eminem) y el meme a la cara de asco (escuchando cantar a Maya Rudolf y Kristen Wiig), Billie Eilish se subía al escenario del Dolby Theater para interpretar Yesterday de The Beatles durante el In memoriam de esta gala de los premios Oscar. Sí, salió la foto de Stanley Donen.

Es muy probable que muchos se preguntaran por qué esta joven de pelo verde estaba interpretando el tema de la película de Danny Boyle del mismo nombre, del mismo modo que algunos, que se pasaron tres horas viendo a señores y señoras mayores dar las gracias sobre cosas, maldijeron su mala sombra cuando su ídolo se arrancó con un tema que no está en su álbum de debut, sino en la colección de discos de sus padres.

De negro Puerto Hurraco, inmóvil y acompañada solo de un piano, la de Highland Park se marcó un Yesterday que tenía más de Lana Del Rey que de Billie Eilish. Cantando solo cuando cree que puede o debe (necesidades virtudes y viceversa), susurrando y cogiendo el micrófono como si alguien fuera a robárselo, aquello se convirtió en una gran oportunidad desperdiciada. Tal vez otra canción. Tal vez otros arreglos, al menos. Tal vez algo que desentonara, más allá del pelo verde. Todo fue cosmético. Desde los motivos de su actuación hasta la actuación misma. Lo que tenía aspecto de toma de partido terminó en pacto de no agresión. Era un In memoriam, después de todo.

La Academia lo anunció en un tuit un par de semanas antes de la ceremonia. Ella lo hizo a través de un story de Instagram. La Academia enfrentaba la edición número 92 de sus premios. Ella cuenta apenas 18 años. Cada generación tiene su red social. Billie Eilish, ganadora este año de cuatro premios Grammy, fue la elegida por los miembros de la academia, o del nieto de alguno de ellos, para actuar durante aquel segmento llamado In Memoriam, en el que se repasan los miembros fallecidos durante el año.

En ese story, Eilish anunciaba que iba a interpretar un tema que “siempre había amado”. Esto descartaba que fuera a enseñarnos en primicia el tema oficial de la nueva cinta de James Bond, Sin tiempo para morir. Eilish va a ser la artista más joven en hacerse cargo de la canción de una película de Bond. También se descartaba con este mensaje que la chica fuera a versionar a Van Halen. En diciembre de este pasado año, Billie fue entrevistada por Jimmy Kimmel. El presentador creyó que sería una buena idea someterla a un test de cultura musical. Cuando el preguntó si conocía a la banda Van Halen, ella respondió: “¿Quién?”. Obviamente, medio internet se le echó encima; el otro medio, defendió el derecho a la ignorancia, que en el caso de Van halen, es una bendición.

La inclusión de Billie en esta gala 92 de los Oscar pareció un intento algo desesperado -pero justificado por su arsenal de grammys- de la Academia por hacer un guiño a esa juventud que no sabe ni quiere saber nada de Hollywood. Siempre mucho más cómodo con los niños que con los jóvenes. Lo que hasta hoy era algo cultural, el desprecio por lo masivo, lo popular y industrializado del cine, hoy parece haberse convertido en algo más preocupante, en algo que tiene que es generacional. Tiene peor arreglo.

Horas antes de subirse la escenario, la californiana se presentó en la alfombra roja acompañada de su hermano, Finneas, principal colaborador musical. La intérprete de Bad guy acompañó su cabello bicolor (negro y verde) y sus maxiuñas con un traje oversize de Chanel. El estilismo confirmaba los motivos por los que probablemente los de la academia pensaron en ella para actuar en esta gala: excentricidad, pero de marca buena; juventud y desparpajo, pero siempre dando las gracias. “Esto es muy loco”, dijo hasta cuatro veces durante la breve entrevista. Esta debe ser la forma en que ahora se dan las gracias. Y ni tan mal. Nadie le preguntó si conocía a Kirk Douglas. Una pena.


Tomado de portal Icon del diario EL PAÍS (ES)