Santiago Cruz: ‘La música cumple un papel de abrigo’

Foto: Gabriel Gómez

Con ‘Hay días’, el colombiano comienza otra etapa musical, que alterna con un pódcast de charlas.

Por: Liliana Martínez Polo

EL TIEMPO

“La verdad, se siente fuera de lugar emitir algún tipo de queja”, dice Santiago Cruz acerca de la situación que le dio un vuelco a cualquier proyecto que se hubiera trazado para este año.

El cantautor, por ejemplo, estaba cerrando la gira de su álbum ‘Elementales’ y se preparaba para estrenar repertorio. De pronto se vio “guardado” con su familia en una casa campestre de las afueras de Bogotá, grabando, con los hijos de su esposa como camarógrafos, su video más reciente, titulado ‘Hay días’. Y volvió a los pódcast, pero esta vez invitando figuras como J Balvin y Rigoberto Urán.

“En medio de todo, somos privilegiados –dice–, al poder quedarnos en casa, con techo y comida. Mucha gente no tiene ese privilegio. Cuando uno hace esta reflexión, cuesta trabajo entrar en el universo de la queja. Tampoco uno está exento de la incertidumbre. En nuestro caso, vivimos en el campo. Hay espacio para movernos. Y somos una familia numerosa, así que la posibilidad de aburrirse es mínima”.

(Lea también: ‘Un artista es tratado como un florero, una decoración, sin opinión’)

Se ve que fue divertido hacer el video, casero con un toque de humor en los subtítulos…

El video de ‘Hay días’ lo hicimos como en el día 17 de cuarentena. Era un domingo, después de hacer ejercicio. Se me ocurrió hacer algo en casa. Al fin y al cabo, es el espíritu de estos tiempos. En casa están los hijos del primer matrimonio de mi esposa, a uno le gusta grabar videos. Al otro le gusta tomar fotos. Los convencí de ayudarme.

Cuando empecé a ver las imágenes dije, “pongamos sentido del humor”. Ahí vinieron los subtítulos. Trataba de no tomarme tan en serio, porque la canción, aunque enérgica, tiene una letra un poco oscura. Con los subtítulos quise relajar el ambiente para que el mensaje llegara menos crudo.

Parece compuesta para el momento…

Vi que entre el paquete de canciones que tenía, algunas tomaban mayor relevancia con la situación. Por eso subí a YouTube ‘No estamos solos’, como un video esperanzador. Luego estaba ‘Hay días’, porque todos tenemos días malos. Soy un fanático de abrazar esos días malos. Me he preocupado por mostrar que no todo en la vida es color de rosa como la gente imagina la vida de los artistas. En este momento es pertinente porque uno a veces se despierta con optimismo y a veces con pesimismo.

Eso cambió la canción que iba a lanzar…

Sabía que iba a sacar algo. Pero las circunstancias nos llevaron a buscar una que tuviera un mensaje pertinente. La música cumple un papel de abrigo, de solidaridad, porque acompaña momentos, sobre todo cuando se está bajoneado. Cabía acompañar a la gente con una letra como ‘Hay días’.

¿Qué nueva rutina ha tenido en su casa?

Desde hace meses venía en un encuentro con la meditación. Procuro meditar, cinco de los siete días de la semana y hacer algo de ejercicio. Pero la creatividad ha estado enfocada hacia la salida del proyecto. Es mi primer proyecto como artista independiente, entonces está uno a cargo de todo, con el apoyo de muchos, pero enmarcando todo dentro de una idea general. Además, al escribir me va mejor cuando tomo distancia que cuando escribo en caliente. Escribir en caliente tiene un encanto catártico, pero tomar distancia me permite aproximarme a las emociones desde otros ángulos. Todavía no hago las pases con lo que está pasando como para explorarlo creativamente.

Usted es de los que defienden los álbumes.

Tiene que haber un marco. Sobre todo cuando escribes de manera tan vivencial. Debe haber un marco de tiempo que delimite lo que se quiere contar. Hay canciones escritas hace cinco o diez años que no son relevantes para mí. Puede que lo sean como canción, pero ya no reflejan lo que pienso. Defiendo el álbum como un concepto que puede ser matizado de una manera más graneada e ir soltando cosas hasta que se arme el rompecabezas.

¿Cuál es el paso siguiente?

A no ser que aparezca algo interesante, el proyecto está escrito y grabado en un 75 por ciento. Hay una etapa que falta, que es inviable porque requiere del público.
Entonces, ¿será lo primero que hará cuando termine la cuarentena?

Lo primero que voy a hacer es buscar a mi mamá, que la tengo en Ibagué, y la verdad que la distancia en este momento es más retadora. Lo primero que haré será encontrarme con ella. Lo segundo, terminar la etapa del disco que falta.

¿Qué cree que le aportan estos tiempos a la música?

Entendiendo la tragedia, el dolor y lo delicado del asunto, creo que si no lo vemos como oportunidad de cambiar, habrá sido una gran pérdida de tiempo y vida. Es para que aprendamos como especie a relacionarnos de manera distinta, para que entendamos que estamos unidos. Si no te cuidas, me jodes; si no me cuido, te jodo a ti. Mi salud está en tus manos y tu salud está en las mías. Espero que sepamos replantear la música, que seamos conscientes de lo que decimos, de que lo que salga de nuestra boca sea para construir, aunque el tema del que estemos hablando sea burdo o delicado. Todos tenemos que pensar cómo aportar.

¿Cómo va con el pódcast?

El pódcast me tiene contento. Hice uno hace un par de años. Era yo hablando un poco de fútbol, de ‘Elementales’ y mi música. Para esta temporada quise conversar con gente que me parece interesante. Hablé con Amalia Andrade. El segundo fue el ‘Pibe’ Valderrama. Me gané una chiva hablando con él porque nunca había oído decir que cuando fue a España soñaba con jugar en el Barcelona. Lo compartí con periodistas deportivos y me dijeron que tampoco lo sabían. Se va armando una dinámica inusual para nosotros, porque no soy periodista y las charlas se van hacia lugares inesperados.


Tomado del portal del diario EL TIEMPO