«Symphony»: inmersión total y virtual en la música clásica junto a Gustavo Dudamel

Foto: Una imagen de «Symphony» - abc

Cosmocaixa estrena una experiencia inmersiva que coloca al espectador en el centro mismo de la orquesta

Por: David Morán

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Suena el arranque de la Quinta Sinfonía de Beethoven, ese archifamoso estruendo de cuerdas y clarinetes, y la batuta de Gustavo Dudamel acaricia flequillos y amenaza con ensartar algún que otro ojo. Si uno presta la atención suficiente incluso se puede percibir la vibración de las cuerdas de los violines y el tensarse y destensarse de las membranas de los timbales. «De esta locura necesitamos muchísima», dirá más tarde el director venezolano.

«Aún no habíamos encontrado a nadie que se atreviera a hacer algo así», añade la responsable del área de música de la Fundación La Caixa, Nuria Oller, para añadir un poco más de intriga y misterio a una locura que no es otra cosa que «Symphony»,proyecto de realidad virtual inmersiva que arroja al espectador al escenario del Gran Teatre del Liceu sin necesidad de moverse de Cosmocaixa.

A un lado, violines y cellos. Al otro, vientos y percusión. Y en el centro, con la orquesta convertida en un mullido sofá sonoro, un espectador equipado a la última gracias a las gafas de realidad virtual, los auriculares y una butaca giratoria. Sí, con la mascarilla todo se complica aún más, pero todo sea para plantarse a poco más de un palmo de esos dos percusionistas que miran fijamente a cámara mientras sus brazos culebrean alrededor de Leoanrd Bernstein y «West Side Story». Si es que hasta dan ganas de ponerse de pie y gritar «¡Mamboooo!».

«Es una película que no hay que ver, hay que vivir», subraya Igor Cortadellas, director de un proyecto que, de la mano de Dudamel y del centenar de músicos de Mahler Chamber Orchestra y la Fundación Gustavo Dudamel, propone un «viaje virtual al corazón de la música clásica». Un proyecto que lleva casi cuatro años gestándose y que desembarca en Cosmocaixa Barcelona con la intención de mostrar el trayecto que hay que cubrir para pasar «del caos al corazón de la orquesta y de ahí al alma» que, apunta Cortadellas, es donde la música nos habla».

El propio Dudamel reconoce que la experiencia ha sido profundamente transformadora. «Sabíamos hacia donde íbamos, pero no que el resultado sería tan conmovedor y transformador. A mí me transformó por completo: escuchaba la Quinta Sinfonía de una manera distinta», explica. En »Symphony», Dudamel dirige también fragmentos de la Primera sinfonía de Mahler y la Séptima de Beethoven.

La de la orquesta, sin embargo, es sólo una de las partes de este «Symphony» que arranca mostrando el origen de la música a partir de tres músicos que ilustran sin necesidad de abrir la boca cómo el rumor del Meditárreo, el traqueteo del metro de Nueva York y el bullicio de los cafetales colombianos se transforma en habanera, jazz y merengue. El proyecto incluye también un fabuloso apartado que, después de pasar por el taller del luthier David Bagué, encierra al espectador durante uno segundos en el interior de un violín y de una trompeta en pleno proceso de deconstrucción.

Un remate digital de altura a una experiencia con la que se busca poner las nuevas tecnologías «al servicio del arte y la música». «Es una manera de que las nuevas generaciones no vean la música clásica como algo antiguo o de otra generación”, remata Dudamel. «Symphony», que se estrena mañana en Barcelona, es un proyecto itinerante que se podrá ver en Madrid del 22 de diciembre al 19 de enero.


Tomado de portal español ABC