Toots Hibbert, profeta e inventor del reggae

Foto: El cantante jamaicano, en los años 80 – ABC

El cantante y compositor jamaicano, fallecido a los 77 años, precedió a Bob Marley en la expansión internacional del género

Por: David Morán

ABC

Inflamado y áspero como un Otis Redding isleño y, al mismo tiempo, suave y sedoso como el Jimmy Cliff de «Wonderful World, Beautiful People», Toots Hibbert, fallecido este sábado a los 77 años, fue el mejor embajador internacional de la música jamaicana en un momento, justo antes de que Bob Marley hiciera saltar la banca del reggae, en el que que ska, rocksteady y soul habían dejado de ponerse ojitos para pasar a encarmarse con furia vikinga.

Él fue, de hecho, el primero en dar carta de naturaleza al género antillano por excelencia con «Do the reggay», canción grabada en 1968 que bautizó lo que acabaría siendo uno de los grandes fenómenos culturales del siglo XX. «La música estaba ahí pero nadie sabía cómo llamarla. Y en jerga jamaicana, si no nos veíamos bien, si nos veíamos andrajosos, lo llamábamos ‘streggae’. De ahí es de donde lo tomé», recordaba Hibbert en una entrevista con la BBC.

Así, para cuando Marley emprendió su febril conquista transatlántica, Frederick Nathaniel Hibbert ya se había paseado por las listas de ventas como una suerte de San Juan Bautista que, a lomos de himnos como «Monkey Man»,«Sweet & Dandy» o «Pressure Drop», predicaba la buena nueva que estaba por venir. A saber: canciones como soles y con estribillos pletóricos en las que ritmo, vitalidad y denuncia formaban un todo indivisible.

Nacido en 1942 en May Pen, el pequeño Toots creció cantando gospel en el coro de la iglesia y en cuanto se mudó a Kingston para trabajar como barbero le faltó tiempo para formar un trío vocal con dos de sus nuevos amigos, Jerry Mathias y Raleigh Gordon. Nacían así The Maytals, formación a la que Chris Blackwell, visionario creador de Island Records, rebautizó como Toots & the Maytals.

Fogueados en la miríada de sellos y productores de la isla, los Maytals jalonaron los sesenta de himnos primerizos como «Daddy», «Bam Bam» y «Fever» hasta que, en 1966, el paso por la cárcel de Toots acusado de posesión de marihuana se tradujo, muy a su pesar, en su primer gran éxito: «54-46 That’s my number».

Ese, en efecto, era su número, y la combinación ganadora (otra vez a su pesar: su encarcelamiento llegó cuando tenía que realiza su primera gira por Inglaterra) de un sorteo que con los años se tradujo en logros tan exóticos como actuar en Wembley en 1970 junto a Desmond Dekker y The Pioneers, participar en la grabación de la película «The Harder They Come», o acariciar la cima del éxito en 1976 con «Reggae Got Soul», su disco más vendido.

Profeta en su tierra, donde se hartó de ganar el festival de la canción, su influencia fue capital en el Londres del punk y el revival ska, donde The Clash, The Specials y Keith Richards lo adoptaron como una suerte de faro espiritual e hicieron suyas canciones como «Pressure Drop» y «Monkey Man». También la malograda Amy Winehouse mostró su admiración por el jamaicano en un EP pirata de 2008 dedicado íntegramente al ska.

Figura habitual en España, donde actuó de forma regular en las últimas dos décadas, el cantante acababa de presentar ‘Got to be tough’, su primer disco en diez años y una despedida con la que, fiel a sus principios, seguía denunciando injusticias y corruptelas y moldeando malas sensaciones hasta convertirlas en buenísimas vibraciones. «I can give you what you want», que cantaba en «Hard To Handle», clásico de Otis Redding que hizo suyo con suma elegancia cuando se fue a grabar a Memphis.


Tomado del portal español ABC