La economía de Argentina cae 2,6% en 2018 y confirma la recesión

Las cifras oficiales difundidas por el Gobierno muestran los efectos de la depreciación del peso

Por: Federico Rivas Molina – Buenos Aires (Ar)

El País (Es)

Argentina es menos rica que en 2017. El dato anual de Producto Bruto Interno (PIB) difundo hoy por el Gobierno de Mauricio Macri ha confirmado una caída del 2,6% en 2018. Ha sido el corolario de un año para el olvido, donde volaron por los aires todas las previsiones oficiales, de analistas financieros y hasta organismos internacionales como el FMI o el Banco Mundial. Argentina debía crecer el año pasado al menos un 3%, pero ha caído apenas menos que eso. En el camino quedó la mitad del valor de su moneda, una inflación cercana al 50% y una deuda externa en dólares que pasó en menos de un año de representar el 40% del PIB a más del 80%, según datos de la CEPAL. El Gobierno se encuentra enfrascado en la administración de los malos resultados económicos, muy duros en un año en el que Macri buscará la reelección en las generales del 27 de octubre.

El año había empezado bien para Argentina, con una subida en el primer trimestre de 3,5%. Pero todo cambio en abril, cuando el contexto internacional viró abruptamente. Endeudado en dólares para sostener un déficit en cuenta corriente de 5%, el país sudamericano no pudo resistir la salida de capitales y el fin del crédito barato que golpeó a todos los mercados emergentes tras la subida de los tipos de interés en Estados Unidos. La peor sequía en 40 años redujo el ingreso de divisas por exportaciones y completó la “tormenta perfecta”, como la definió Macri. Argentina mostró entonces toda su vulnerabilidad, una vez más. De aquellas previsiones de crecimiento e inflación controlada, cerró el año con todos sus números en rojo.

El 8 de mayo, Macri anunció que negociaba con el Fondo un crédito de 50.000 millones, el mayor concedido a un solo país por el organismo internacional. A cambio, Argentina se comprometía a un duro ajuste fiscal. En julio, el PIB ya caía 0,4% con respecto al mismo mes de 2017, tras arrancar enero con una subida del 4,3%. El 29 de agosto, Macri anunció otra negociación con el FMI para sumar 7.000 millones de dólares al rescate original y anticipar el cobro a 2019. Para contrarrestar la deprecación del peso y contener la inflación, en tanto, el Gobierno llevó las tasas de interés por encima del 50% y secó el mercado de pesos. El resultado fue un escenario recesivo que ha golpeado con dureza sobre todo a la industria. Según el Indec, la actividad industrial cayó 5% en 2018 y 14,7% en diciembre, el mayor derrumbe interanual en tres años de gestión macrista. Restan conocer los datos semestrales de pobreza y desempleo, que sin duda no serán buenos.

El Gobierno debe hacer frente ahora a la recesión si pretende ganar en las elecciones de octubre. La estrategia ha sido, hasta ahora, admitir que las cosas no van bien, pero prometer que pronto irán mejor. Desde la oficina del jefe de Ministros, Marcos Peña, el hombre más poderoso del gabinete después de Macri, se anticiparon la semana pasada a los datos del Indec. En un extenso comunicado, admitieron que “la inflación sigue en niveles altos”, pero “este año será más baja que la de 2018”. El argumento del Gobierno ha sido que el país tiene ahora “una macroeconomía más sana”, que tarde o temprano abrirá las puertas al crecimiento. “Estamos avanzando hacia el déficit cero, el Banco Central ya no financia al Tesoro y tenemos un tipo de cambio competitivo y estable, con superávit comercial en los últimos meses. Este es el camino para reducir la inflación de manera sostenible y gradual. En diciembre de 2019 la economía estará mucho más sana –y estará mejor preparada para crecer– que la que recibimos en 2015”, escribieron desde la Casa Rosada.


Tomado del portal del diario El País (Es)