El poder de compra de los salarios colombianos subió 8 % en 7 años

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Según OIT salarios del sector público y de trabajadores domésticos crecieron más que privados.

Un aumento de 8 % del poder de compra de los salarios colombianos en 7 años, el salario promedio en el país es casi el doble del salario mínimo, y los incrementos han sido mucho más generosos con los trabajadores del sector público.

Esas son las principales conclusiones para Colombia del informe ‘Panorama laboral 2019 de América Latina y el Caribe’, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Según los hallazgos de la organización en su informe, en Colombia, el poder adquisitivo ha subido en un 8 % en los 7 años analizados (2012-2019).

Al igual que en otros países de la región, lo que más se ha robustecido es el incremento mensual real en el sector público, en donde se ha presentado una expansión del 17 por ciento, mientras que en el sector privado subió solo en un 7 % en los años que abarca el estudio.

La mano de obra femenina también tuvo una mejoría en relación con la constante diferencia salarial que hay con los hombres: el promedio del ingreso de la mujer en 2012 era el 84,9 por ciento del hombre y en 2019 pasó a ser de 87,9 por ciento, según la OIT.

De igual manera, el salario en el empleo doméstico también aumentó visiblemente, en 10,9 por ciento, en comparación con lo registrado en el año base (2012).

Según la investigación de la OIT, la tendencia en el mercado laboral en América Latina durante la década fue similar en los 16 países analizados: “Tanto los salarios del sector público como los de las trabajadoras domésticas crecieron más que los salarios privados; los salarios de las mujeres crecieron más rápido que los de los hombres en el 2018, y, por lo tanto, se redujo la brecha salarial de género, aunque de forma paulatina”.

En general, en la región, los salarios mínimos reales se incrementaron en cerca de 4 por ciento durante los tres primeros trimestres del 2019, lo que implica un aumento superior al registrado en el 2018.

Sin embargo, el estudio concluye que el mercado laboral en su totalidad está mostrando el efecto de la desaceleración del crecimiento económico regional, contexto en el cual empieza a mermar la demanda de productos y, por consiguiente, aumenta la tasa de desocupación.

El informe de la OIT evidencia que, en América Latina, el salario promedio regional real creció 1,2 % en el 2018, mientras que las tasas de inflación en la región se mantienen en un promedio de 4 %.

La OIT comenta que “las tasas de desocupación no decrecen y las condiciones del empleo no mejoran (empleo precario)”.

El coordinador del estudio, Hugo Ñopo, hizo hincapié en la precarización en los empleos que se crean en la región, así como en un aumento del trabajo por cuenta propia no calificado, lo cual obedece a una necesidad y no a un anhelo de emprendimiento.

Esta situación que se presenta en la región, en general, contrasta con el hecho de que en Colombia, el empleo formal crece, mientras que el empleo que se reduce es el de los trabajadores por cuenta propia.

Es así como, durante los 12 meses del 2019, en Colombia hubo, en promedio, 249.000 empleados y obreros más del sector privado que en el transcurso del 2018. La presión para el desempleo vino, entonces, de la eliminación de trabajos del rebusque, pues los ‘cuenta propia’ disminuyeron, en promedio, en 300.000, según el Dane.

Otro punto de análisis que surge del informe de la OIT es la dificultad de los países de América Latina para reducir la desigualdad, toda vez que la proporción del empleo público, que es donde más suben los sueldos, es muy baja en comparación con el empleo privado, donde se registran menores incrementos en la asignación salarial.

“De cada 12 asalariados, aproximadamente 9 trabajan en empresas privadas, 2 en el sector público y uno es trabajador doméstico”, según el estudio.

En su reporte, la OIT dice que más de 25 millones de latinoamericanos y caribeños están desempleados. Así mismo, estima que ese número se incremente durante el presente año como consecuencia del débil crecimiento de las economías de esta parte del mundo. Según el Fondo Monetario Internacional, el crecimiento se espera que sea de solo 0,6 %.

El informe señala, además, que no obstante el aumento de la participación laboral de las mujeres (a 50,9 %), esta sigue estando más de 20 puntos porcentuales por debajo de la de los hombres (74,3 %). Y destacó también que la tasa de desempleo femenino subió dos décimas, para ubicarse en 10,2 %, mientras que la de los hombres se mantuvo estable en 7,3 %, lo que indicaría que el peso del aumento del desempleo regional afectó en forma desproporcionada a las mujeres.

“Los mercados del trabajo de América Latina y el Caribe atraviesan por un momento de incertidumbre reflejado en una leve alza de la tasa de desocupación regional e indicios de precarización que podrían empeorar en el 2020”, advirtió el organismo.

La OIT se refiere al impacto de nuevas tecnologías, las nuevas formas de contratación y de producción, el cambio climático, el envejecimiento de la población y los vaivenes de la globalización sobre la economía internacional como factores que deben ser tomados en cuenta para adoptar estrategias diferentes con las que se haga frente a los problemas del empleo en la región.

Al cierre del año pasado, señala el informe, la tasa de desempleo en América Latina y el Caribe fue de 8,1 por ciento. Ese resultado representa un aumento de una décima frente al 8 por ciento con el que terminó el 2018.

Si bien la variación puede interpretarse como leve, según el informe, se trata de 26 millones de personas que están buscando empleo de forma activa y no lo consiguen. En el último año, el desempleo aumentó en nueve de los 14 países tenidos en cuenta en el informe.

“La situación del mercado del trabajo es compleja”, sostuvo el director regional de la OIT, Juan Felipe Hunt, toda vez que la dinámica de desaceleración económica observada desde mediados del 2018 ha impactado tanto en la estructura como en la calidad de los empleos.

De todas maneras, la situación se ha suavizado debido al peso que tienen en la región Brasil y México, ya que si se excluyen los datos de estos países, el incremento de la desocupación se elevaría y arrojaría un tasa del 8,5 por ciento.

En el reporte, la OIT señaló, además, que debido a las condiciones económicas, la tasa de desempleo en América Latina y el Caribe subirá hasta 8,4 por ciento este año, lo que significaría que la región tendría 27 millones de personas sin trabajo.

En promedio, los asalariados ganan casi dos mínimos

Sobre el salario mínimo, el informe de la OIT encontró que esta remuneración básica no es tan elevada en comparación con el salario medio, como han afirmado en otras ocasiones analistas tanto nacionales como de instituciones internacionales.

Según el reporte de la OIT, si en el 2012 la remuneración básica era el 55,3 por ciento del salario promedio, en el 2019 aumentó al 57,2 por ciento. De esta manera, se refleja el hecho de que el mínimo consistentemente ha sido ajustado por encima de la inflación, lo que explicaría el repunte como porcentaje del promedio de los salarios. Con base en esta relación, si el salario mínimo hoy es de 877.803 pesos, el sueldo promedio corresponde a 1’534.620 pesos.

El salario es uno de los puntos centrales del debate sobre el mercado laboral en Colombia, de cara a la necesidad de afrontar la tendencia creciente de la tasa de desempleo, que en diciembre del 2019 se ubicó en 9,5 por ciento en el total nacional y bajó por primera vez en 21 meses, según reveló el Dane.

La posible cercanía del mínimo con el salario promedio ha sido vista por expertos como una talanquera para la creación y formalización del empleo. El centro de pensamiento económico Anif es uno de los que más insisten en la corta distancia que hay entre el mínimo y el salario promedio, lo que a su juicio evidencia un acelerado incremento del primero en comparación con la productividad, que, para ellos, es la que no deja reducir la desigualdad de ingresos que reina en el país.

El salario medio en Estados Unidos supera en 2,8 veces el salario mínimo, como resultado de las ganancias en productividad derivadas de la mejor educación”, señala Anif.

Otros analistas, como el consultor independiente en temas laborales Juan Carlos Guataquí, estiman que “el salario medio en el país no es referencia, toda vez que solo 55 de cada 100 ocupados son asalariados. En el país prima el empleo por cuenta propia”.

Según el experto, “si en Colombia no hay un consenso metodológico sobre cuál es el valor efectivo de la productividad del trabajo, y por ende, de la productividad marginal del trabajo, todo análisis teórico sobre el salario mínimo y el salario medio, que se aproxime a la comparación entre productividad marginal y productividad media, se debe tomar con beneficio de inventario”.


Tomado del diario EL TIEMPO