Tregua entre China y EE. UU. marca inicio para acabar guerra comercial

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La fuerte tensión entre las dos potencias redujo los pronósticos de crecimiento mundial del 2019.

El acuerdo firmado el miércoles entre Estados Unidos y China, luego de 22 meses de tensión y guerra comercial, aún no deja las cosas como estaban antes del conflicto, pues quedan pendientes temas de fondo como el respeto a la propiedad intelectual en el país asiático. Entre tanto, los aranceles que se mantienen más altos que antes de la crisis continuarán encareciendo el comercio.

Los casi dos años de guerra comercial generaron efectos adversos en el crecimiento económico mundial, notorios particularmente en el 2019, y se esperaría un alivio en la incertidumbre (ver recuadro, ‘Un alto costo para la economía global’).

Luego de la firma del acuerdo este miércoles por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el vice primer ministro de China, Liu He, y considerado como una primera fase, vendrá una segunda etapa de negociación que luce compleja, a juzgar por la manera como la describe el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin.

Después de la ceremonia de firma, señaló que esa segunda etapa podría segmentarse en “fase 2A, 2B, 2C”, aún sin fecha, y abordará las quejas de Estados Unidos sobre robo de propiedad intelectual.

Lo anterior, teniendo en cuenta que las negociaciones entre ambas partes han sufrido varios sobresaltos, con informaciones contradictorias y críticas veladas, desde que en octubre se anunció un principio de acuerdo.

En concepto de la Cámara de Comercio Colombia Americana (AmCham Colombia), si bien este acuerdo inicial representa un avance positivo, la ausencia de un acuerdo estructural entre China y Estados Unidos mantiene algún grado de incertidumbre entre los empresarios, por lo que es importante continuar el monitoreo sobre la evolución de este asunto.

La presidenta de la entidad, María Claudia Lacouture, indicó que la fase dos es la más difícil y está relacionada con los desafíos estructurales inherentes a la estrategia de desarrollo económico de China.

“Son varios temas, entre los más relevantes están los controles tecnológicos de exportación y la protección a los derechos de propiedad intelectual, en los que Estados Unidos ha dado muestra de no dar el brazo a torcer sobre cada uno de ellos”, explicó.

Acuerdo estructural

No obstante el avance entre los dos países, y sabiendo que desde Estados Unidos no se esperan movimientos adicionales ante el año electoral al que se enfrenta el presidente Donald Trump, AmCham recalca que existe una urgencia por comenzar las conversaciones que permitan llegar al acuerdo estructural que genere estabilidad y reglas claras en el comercio internacional.

De acuerdo con la directiva, no obstante el acuerdo, aún habrá una tasa arancelaria general para un grupo de artículos importados de China del 21 por ciento, los cuales tenían una tasa cercana al 3 por ciento antes de comenzar la guerra comercial.

Al respecto, el mandatario estadounidense indicó que los aranceles se mantienen vigentes como ‘elemento de negociación’ de cara a la segunda fase del pacto comercial. “Los voy a dejar. De no ser así, no tendría cartas para negociar”, admitió.
Explicó que la eliminación total de los aranceles será posible si se consigue alcanzar la fase 2 del acuerdo.

En ese sentido, y pese al tono emotivo de Trump, analistas señalan que la situación comercial entre los dos países lleva la relación entre las superpotencias al mismo lugar en que estaban cuando Trump entró a la Casa Blanca en 2017.

“La primera fase del acuerdo entre Estados Unidos y China es en esencia una tregua comercial, con grandes compras dirigidas por el Estado como añadido”, aseguró en un análisis la economista Mary Lovely, del Instituto Peterson de Estudios Económicos.

“La tregua es una buena noticia para Estados Unidos y la economía mundial”, añadió, pero advirtió que mientras se materializan y se firman los avances en la fase 2, se seguirá viendo el impacto de esto en los costos más elevados de las empresas y en inversiones más lentas.

Paso trascendental

El acuerdo es, entonces, apenas el primer paso de Estados Unidos en su objetivo de equilibrar la balanza comercial con China, que sigue en déficit, toda vez que en 2018 le compró al país asiático bienes y servicios por 540.000 millones de dólares y solo logró exportarle 120.000 millones de dólares.

El miércoles, tras la firma, Trump calificó el acuerdo como ‘un paso trascendental’ para un futuro comercial justo y recíproco entre Estados Unidos y China, mientras que Liu leyó una carta del presidente Xi Jinping, quien destacó que la firma “es buena para China, para Estados Unidos y para el mundo”, y expresó su confianza en que las relaciones entre los dos países sea de mutua confianza y cooperación.

Inicialmente, Trump había adelantado que Xi participaría en la ratificación del acuerdo, pero China finalmente envió a Liu a la ceremonia en la Casa Blanca.

Trump también agradeció al líder chino Xi Jinping y dijo que visitaría China “en un futuro no muy lejano”, al tiempo que reconoció que las negociaciones fueron duras, pero condujeron a un resultado que calificó como increíble.

A través del acuerdo, China se comprometió a comprar bienes estadounidenses por 200.000 millones de dólares en dos años, entre ellos 50.000 millones en productos agrícolas, 50.000 millones en energía y 75.000 millones en manufacturas.

Por su parte, Estados Unidos rebajará a la mitad, es decir hasta 7,5 por ciento, los aranceles impuestos a importaciones chinas que tienen un valor de 120.000 millones de dólares.

Alto costo para la economía global

Tras la firma de la fase 1 del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, celebró el avance, pero instó a las partes a alcanzar un pacto integral que apoye un sistema de comercio global más abierto, estable y transparente.

En Bogotá, el exministro de Comercio Carlos Ronderos dijo que “se trata de la primera y la segunda economía del mundo. Es una gran noticia y el inicio del desmonte de unas medidas proteccionistas que amenazaban el comercio mundial”.

Por su parte, Munir Jalil, economista jefe para Colombia y Perú de BTG Pactual, comentó: “Se empieza a disolver una de las principales fuentes de incertidumbre que observamos durante el año pasado”.

En efecto, en el 2019, las tensiones comerciales entre las dos mayores economías mundiales tuvieron profundas consecuencias.

En sus últimas previsiones de crecimiento mundial, de octubre, el FMI redujo su proyección de expansión al 3 por ciento para 2019, dos décimas menos que en julio, lastradas por las dudas que ha generado esta disputa.

Por ejemplo, los agricultores estadounidenses han sido duramente golpeados por la guerra arancelaria, ya que la exportación de soja a China cayó a 3.000 millones de dólares, luego haber llegado a 12.000 millones en 2017.

Por el lado de China, su comercio internacional frenó su crecimiento al 3,4 por ciento en 2019, ya que la guerra comercial redujo los intercambios con Estados Unidos un 10,7 por ciento según las cifras de la Administración General de Aduanas del país asiático.

Récord en Wall Street

La mayoría de bolsas de valores del mundo reaccionaron con cautela a la firma del acuerdo que pone fin a la tensión comercial entre China y Estados Unidos. En Wall Street, no obstante, alcanzó a registrarse un nuevo máximo.

En Europa, los mercados estaban a la espera de conocer los detalles definitivos del acuerdo entre las dos potencias comerciales, lo que hizo que varios de estos mercados tuvieran retrocesos.

La Bolsa de París perdió 0,14 por ciento, mientras que la plaza de Fráncfort cedió 0,18 por ciento. Otras bolsas que cerraron en terreno negativo fueron las de Milán y Madrid, que cayeron 0,69 y 0,17 por ciento, respectivamente. Londres, en cambio, ganó 0,27 por ciento.

Por su parte, en la Bolsa de Nueva York hubo momentos de euforia que llevaron a marcar nuevos máximos en el cierre de la jornada. Al cierre de la sesión, el Dow Jones subió 0,32 por ciento; el S&P 500 avanzó 0,19 por ciento y el Nasdaq, que aglutina a importantes empresas tecnológicas, tuvo un ligero avance de 0,08 por ciento.

En Latinoamérica, la Bolsa de Lima ganó 0,33 por ciento, Chile bajó 0,78 por ciento, la plaza colombiana retrocedió 0,27 por ciento, mientras que en Brasil la caída fue de 1 por ciento.

ECONOMÍA Y NEGOCIOS
*Con información de agencias


Tomado del diario EL TIEMPO y Agencias Internacionales